Yo conozco muchas personas muy buenas,
Que para mí son sagradas,
curiosamente esas almas,
nunca dicen que son generosas.
Su belleza es intemporal y profunda,
no entiende de surcos ni arrugas,
Es su sensibilidad excelsa y profunda,
su empatía, asertividad y su sonrisa.
Su belleza es la paz que emanan,
su belleza son los regalos sin interés,
su belleza es la generosidad que irradian,
y el relativismo de los principios sociales actuales.
Yo no soy una persona bella, ojalá lo fuera,
si lo soy físicamente de cara a la galería,
tampoco soy feo, agradezco y reconozco la auténtica belleza,
y por lo menos no me caso con el superficial ni soy falso o dual.