en fina línea
lo que no digo
para pasar
por cuerda
ditirámbicos personajes
sueltan
derrames cerebrales,
hemorragia de palabras
una y mil veces
repetidas,
cabrean,
cansan,
cloquean
si suena el diablo
la nariz,
si respira
la madera chisporrotea
ladrillos negruzcos
que huelen
a bosque prestado,
por el hacha sucesiva
caen
sobre un suelo
húmedo que arde
frente al perezoso
que boquea
traba lengua traba
sin ninguna dificultad
el manto de lana
que recorro sorprendida.
Su fama perfuma
mi paso melancólico.
Sobrevivo,
la luz reducida
a mirada residual
en la geografía poética
repito círculos,
sin desprecio,
dispuesta a apagarme
lanzo el saco
de la basura.
Hay ajonjolí,
ay jolín jolí
todo está en poner
lo que pasa
por la cabeza
poner punto
donde no hay i
poner cabeza
y no bajarla.
del cuaderno Zupia,
Editions Hoy no he visto el paraíso, 2016