Al son de un erke descienden por los cerros
portando la imagen con soles de antorcha
son rostros cobrizos que habitan la piedra
cuyos sueños vagan junto a los cencerros
Al murmullo suave, de humildes quenas
truecan sus pesares, con flores y ofrendas
a quien es presencia divina en la cima
que vuelve guijarros, tristezas y penas
Bajan las estrellas con mil y un colores,
alumbrando al pueblo de la raza colla.
Semejan arco iris, sus sencillas prendas
que rondan en danzas, con sabor a amores
Donde el cielo nace, volverá la Santa
en manos fervientes llenas de esperanza
Resplandece su aura, lucero del alba,
al ver a su pueblo que sonriendo canta.