lazaro sosa cruz

CURARNOS ES LA CLAVE.

CURARNOS ES LA CLAVE.

 

Alguien, o muchos alguien, nos vigilan, nos estudian y por lo tanto nos someten a una dictadura si no nueva sí al menos no tan conocida aún. Alguien, o muchos alguien, ha invertido tiempo y paciencia en estudiar pautas de comportamientos de nosotros los humanos; y lo ha hecho para asegurarse y llevar a cabo una serie de acciones contra nosotros mismos con las cuales poder ejercer un dominio total y aplastante sobre la humanidad toda. Esto es: una nueva dictadura.

No es normal que todo un continente entero pueda ser sometido y a la vez a tantos y tantos caprichos y factores ajenos y de toda índole que haga que se genere una parálisis total en cuanto a capacidad e intención de reaccionar en la sociedad. Querríamos creer que no es posible. Pero sí lo es. Y lo es porque previamente han provocado y llevado a cabo otros proyectos, mecanismos e ideas tendentes todos a crear y generar posturas y comportamientos todos ellos vigilados y controlados. Primero fueron conflictos internos en la mayoría y cada uno de los distintos países que hicieron que se descubrieran las reacciones a éstos desde las altas esferas del Poder y de los gobiernos sujetos a éste y creo que es de ahí – o de más arriba aún – de donde partió todo o lo que es lo mismo: la gran idea.

Hoy, ya lo vemos, no son nuestros gobiernos a los que hemos votado para que nos representen y nos defiendan quienes nos gobiernan, no. Hoy ya lo hacen instituciones políticas y/o económicas a las que no hemos votado las que definen el modelo de gobierno, en cada país bajo su control, a los cuales les exigen unas pautas concretas de comportamientos frente a la sociedad para lograr de ésta unos resultados también concretos. Lo que sucede entonces es que estos gobiernos ya no mandan sino que obedecen y al mismo tiempo se convierten – frente a la sociedad – en los mayordomos de un sistema que les ponen ahí para que les representen en sus intereses: ahora nosotros somos los nuevos esclavos del siglo XXI y no contentos con esto resulta que para que los efectos sean aún más aplastantes y definitorios nos quieren hacer sentir ciudadanos de este siglo XXI pero con exigencias del XIX, o sea, del 1800 que no es poco.

Solo basta ser un poco observador y mirar a nuestro derredor con ojos y conceptos más críticos: ¿Para qué, por ejemplo, una televisión como la que tenemos? ¿Para qué tanta publicidad engañosa? ¿Tantas propuestas falsas y aculturizantes para esta juventud? ¿Por qué de la banalización de las guerras, todas? ¿Por qué tanta importancia “cultural-informativa” a la fuerza de lo que son los conceptos de la Economía en estos momentos y más aún de sus efectos días tras días? ¿Por qué tanto silencio, ciertos silencios? ¿Por qué tanta impunidad?¿Por qué no reaccionamos? ¿Miedo? ¿Impotencia? ¿Sometimiento? ¿Cuál o cuáles son los resultados de todo esto y con qué fin?

A veces pienso que curar es un término que no se debería usar sólo para ejercerlo como acción directa sobre las heridas o la enfermedad, no. Curar debería ser algo más como por ejemplo una acción determinante o determinada a querer renovar los obstáculos que nos impide que los esfuerzos todos, sobre todo los honestos y bondadosos, sean efectivos. Debemos curarnos de tanta maldad tanto propia como ajena que nos haga abrir los ojos y nos deje ver que todo lo que hacemos tiene sus consecuencias – tarde o temprano – sobre y contra nosotros mismos y que entre más tardemos en verlo más lo vamos a sufrir. Curarnos es la clave.

Lázaro.