Las volvieron el fundamento del movimiento y los procesos
Así surgieron de un grito desesperado de supervivencia y luego de poder
que se sintió útil, aun en la soledad.
Son las palabras las que cruzaron por el ocaso de la antimateria
y se lanzaron en todas direcciones cuando la luz las alcanzo.
Entre cúmulos y destellos abrieron paso a los signos y los modales,
hasta que cooptaron cualquier reacción posible de la vida y de la muerte.
Son las palabras el blindaje de los reyes y los mercenarios
que impulsan la necesidad de crear necesidades, primero absurdas, luego vitales
Todas agazapadas en un círculo vicioso que luego se espiralíza
para que nadie pueda dudar de su legitimidad.
Son las palabras las que desbordan la comprensión del mundo
Se tiñen de caricatura y arman todo tipo de estrategias
para despojarte de la tierra, los cultivos, los animales y el silencio,
ya que desfilan sobre los laberintos de la burocracia.
Son las palabras las apóstoles del suicidio y la reencarnación,
el secreto de los curas y la sentencia del jurado,
el deseo de los que desean y el alimento del engaño,
el principio y el fin de lo que no tiene palabras.
Así son las palabras… el consuelo y el silencio que aturde
Las lagunas de todas las confusiones y las tensiones
Las que están para ser usadas, valoras, estereotipadas, difamadas…
Las palabras dicen compañero, dicen revolución, dicen poder, dicen libertad,
dicen progreso, dicen felicidad, dicen hola y dicen hasta siempre… hasta nunca.
Las enemigas del que cosecha contemplación en algún momento o en cada acto.
Y al mismo tiempo... en el inmensurable impulso dialéctico, hoy limitado por mi mente.
Son las palabras las que impulsan este escrito y las reflexiones,
son las palabras las que sirvieron a la humanidad para comprender y aprender?
son las palabras las que salvaron vidas del inmenso letargo,
aquellas que impulsaron las decisiones por la emancipación,
recorriendo cada filamento de neurona en la búsqueda de la correlación de fuerzas
que llevaran a la magnetización del acto libertario
Son las palabras las amantes, cómplices y víctimas, de tanto loco y poeta suelto o amarrado.
Las que desarmaron estructuras y necesitaron de otras que destruyeran lo establecido.
Desnutrieron las armas y engordaron el aliento encerrado,
para que explotara e implotara en las viejas síntesis del mundo realizado.
Son las palabras las que tomaron por sorpresa toda la historia a huella,
desgarrando y descarnando de la putrefacción que provocaba cada capa húmeda
Que otras palabras venían acoplando en el discurso y la memoria
Y ante tanto suceso…
Despilfarradas quedaron algunas que no importaron o importaron demasiado,
omnipotentes se presentaron las que astutamente usaron los tiempos y los espacios,
misteriosas se volvieron las que impulsaron destellos sobre lo ordinario,
e imprescindibles fueron y son las que en la búsqueda de respuestas se volvieron movimiento.