Me impresiona sentir la presencia
de la historia.
Visitar un lugar que emana leyendas,
y sentirme parte de su gloria.
Yo que he tenido la posibilidad
de vivir 70 vidas,
muchas veces he sentido la presencia
de la historia.
Imposible transitar como simple turista,
por la casa natal de una inmortalidad llena de gloria;
o respirar a pleno pulmón en la Chacarita,
sintiendo la presencia de Gardel, Evita o de Ingenieros,
y no dar mil gracias a la vida,
por llenarme de vivencias la memoria
Por eso me place caminar por la calle Trocadero,
y detenerme ante la puerta de Lezama,
imaginarlo sentado tras la ventana
para sentir que en ese mismo lugar en que me encuentro
estuvieron antes grandes personalidades que ya no existen,
y alguna vez visitaron al Lezama vivo,
para hablar de sus libros casi muertos.
Por eso gusto de caminar los cementerios,
sin brújula ni conocimiento,
ni siquiera un mapa que ayude a la memoria
perdido en el silencio de lo vivido
descubriendo en cada lápida una gloria.
Frank Calle (29/junio/2019)