Te digo que si, que estás de pie frente a una loca, de esas que andan sueltas y que nadie sabe que están locas porque guardan su locura en el mismo compartimento de las monedas de 100.
Si, loca, fuera de la jaula, loca, amalgamada loca, revuelta loca.
¿ Y qué hacés aquí? Si ya lo sabés ¿o te hacés el loco, o estas más loco tal vez?
Bueno, miráme bien, porque soy una amargada, amante regular de la cólera. Extremista, voy de la insensibilidad morbosa al llanto como en una mecedora ¡Qué te digo! ¡Qué soy una loca!,
De esas que se creen que escriben versos como poeta, pero de esas poetas con dos piedras en las manos, de esas que se rigen por los astros de su ciclo menstrual; camaleónica loca. Depresiva, con delirios disociativos 3, 4 o 5 veces al mes, tal vez sean 10.
¿ Seguís allí parado? esperando a que te susurre al oído alguna vergüenza mía, que te de cuatro cachetadas y te voltee la vida ¿ qué querés? Qué haces allí, en esa esquina, esperando una revolcada que te seque la conciencia llena de perros y gatos y me atrinchere en el silencio de un cuerpo vacío después de soltar su última excusa por las arterias (?).
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¿Cuál es el fin de esta charla sin oídos? Loca.