* de la podredumbre humana, que va más allá de todo lo imaginable; me animalicé para compartir con los nobles, sin caretas, voladores, terrestres, acuáticos, verdaderos; y ese mundo es fantástico, sin guerras fratricidas, sólo encerronas para los despistados de su rebaño, peleas de frente, sus espacios se han ido reduciendo por la acción del hombre a quién temen instintivamente; no conocen de venganzas, son de corazón manso.
* me cansé de todo lo que provenía de nuestra especie, me hice una ruca de barro y paja, planté de todo para alimentarme, crié gallinas para comer huevos, bebía de las vertientes; ellos ya no se asustaban ante mi presencia, me habían distinguido y se acercaban confiados, entre nosotros había paz.
* y molesto por la historia humana de todos los tiempos; con mi ser imposible de compartimentar, comencé a pensar cómo unidos todos los animales extinguiríamos a este ser depravado para que este mundo fuera otro. Pero, recordé que el planeta tenía fecha fijada de su devastación y la subersión animal sería en vano. Para qué cambiar su estirpe.
* Me permití sí observarles los acontecimientos por venir, lo aceptaron con benevolencia y continuaron amablemente con sus vidas. Y en cambio, yo retorné a apreciar el avance de la destrucción planetaria cada vez más evidente.
NO PASARÍAMOS DE ESTE SIGLO.