Te miré a lejos y me acerqué.
Sentada en la playa oteabas al horizonte.
La hermosa tarde envolvía todo a su paso.
Los rayos de sol se despedían del día,
dejando una estela de amarillos y rojos.
Te abracé con ternura y en silencio nos quedamos.
No hacían falta palabras, solo compartir ese instante.
Besé tu cuello, posé mi barbilla en tu hombro.
Te sentí tan débil que quise protegerte.
Vimos las estrellas aparecer a lo lejos.
La hermosa luna tímida asomarse.
Era tan hermoso aquel momento.
Los dos solos en aquella playa desierta.
Te susurré: TE AMO y un beso selló aquel instante tan tuyo, tan mío, tan nuestro.