Era una luz bajo las frazadas, el bullicio de la tarde, el hervor de una tetera y los ataques del invierno. Me oville entre piernas y mentón para dejar que me lleve la lluvia, la de la calle y la de mi alma, me propuse hundirme por un instante, imaginar que ya no existo, que nunca lo hice, bucear en la tristeza, sin miedo, sin prejuicios, sin aferrarse a nada y quedarme a descansar donde nadie va, donde nadie quiere.
donde todos luchan yo no peleé, me deje ganar, por un instante fui el peor rival aquel que no da respuestas, solo espera ser destruido....y la convencí, cayó como nunca antes cuando se creía dueña yo escape, ni siquiera fue a buscarme, me creía suya y todo el tiempo fui solo mía, y regrese a la luz bajo la colcha. volvió el ruido, la lluvia y la furia del invierno y yo ya estaba limpia, no quedaba mas y la tristeza que me creyó suya no volvio jamás.