Jorge Horacio Richino

GOLONDRINA OTOÑAL

 

 

Como perdida en el tiempo

cruzó la mar caprichosa,

envuelta en nubes de viento

 avezada y presurosa.

 

Tan preciosa anatomía

cuyo volar la contenta,

por llegar se desvivía

sin llevar muy bien la cuenta.

 

Todo por querer libar

la sustancia de una rosa,

y comenzar a probar

su dulzura deliciosa.

 

¡Golondrina alborotada

ten reparo en las tormentas!

No sea por apurada

tu caigas en el intento

y a tu rosa tan preciada

la lleve el Dios de los vientos.

 

 

 

 

Jorge Horacio Richino

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