Esta noche en mi balcón
me puse a contar estrellas,
cuando empezaba a contar
me sorprendió una de ellas.
Brillaba con luz intensa,
se parecía a la luna,
y en su estela dibujaba
un aura como ninguna.
En el mirador de al lado
se asomaba esa princesa,
iluminando la noche
con su radiante belleza.
Al retirarse a su alcoba
la noche se volvió oscura,
como una estrella fugaz
que se pierde en la espesura.
Cuando amanezca de nuevo
regresaré a ese balcón,
para volver a mirarla
y declararle mi amor.
J. Piñeiro