Verano Brisas

MAR - K - 31

Hacer de nuestro okaso el período más feliz

demuestra inteligencia y sabiduría;

fuera ya de la franja laboral

podemos esperar, kon agrado y sin temores,

la llegada de los años ke se avecinan

kon sus hebras de plata y sus kansancios.

 

Las nuevas aktitudes hacia el sexo,

el amor, los juegos y el trabajo,

determinan la vejez ke deseamos.

 

Kruzar sano y lúcido los kuarenta es regocijante,

sin pensar en efímeras konkistas,

rekonocimientos, aplausos o notoriedad.

 

Si además alkanzamos los cinkuenta,

los sesenta o los noventa

en buenas kondiciones físikas y mentales,

podremos afirmar kon alegría

ke somos los más privilegiados.

 

Sabio es kien eskucha a los ancianos,

porke éstos han kruzado más puentes

ke akél kalles.

 

Una mujer niña es bella para la vista,

pero no tiene la pasión rekerida

para ke la unión de los kuerpos konduzka al paraíso.

El kulto ciego a la juventud es propio de alienados

ke tergiversan valores esenciales

en los países subdesarrollados.

 

No es ignorancia o desprecio

de lo ke ofrecen los primeros años,

sino ekilibrio de la balanza universal,

donde jóvenes y viejos

pesamos nuestras mutuas kualidades.

 

Envejezkamos de manera noble

para ke nuestras vidas sean

tan placenteras e intensas

komo lo fueron infancia, juventud y madurez.