Has sentido ese estremecimiento
del que sufre lo inesperado o lo esperado
largamente,
y sufre su mente y sufre su espíritu, también?
Pero no quedan ilusiones, tan parecido
a ser iluso; sólo quedan las tentaciones
de pasar, tan alto, por los lugares de la pena.
Como quien pisa carbones encendidos,
así piso yo la tierra; siempre entre albores
de lo desconocido,
y siempre con miedo reverencial a lo que escribo.
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