Me saco del calcetín, la comida de la luna;
quiero comer un poco de lápiz con navaja
y si puede ser, un teatro artístico de la cuna
el salado tejado del culo mi vaga raja.
Salgo del agujero y como un poco de elegancia
en la propaganda blanca y un vaso blando.
Está en mí, pues, el ojo que no ve infancia
y se esconde su cuerpo con bandera chillando.
Todo tiene nombre, hasta la mínima sentencia,
todo, y nada se salva en un libro lleno y aburrido.
No quiero entreteneros con mi letra no nacido,
que ya de por sí, el mundo es pura indiferencia.
Y acabaré, como no, alegre e imperativo:
comed poesía en el invencible color corrosivo.
(1.SIETE POEMAS CONTAMINADOS)
Mayo 2.019 NACHO REY