La lluvia es fea,
cuando uno espera
escuchando tronar
y no pasa nada más.
Ni se pone uno triste,
ni melancólico,
cuando el día es de lluvia Fea.
Solo invita a blasfemar
para ver si a los ángeles
les da por llorar
y sueltan alguna gota.
Pero parece que sean sordos
y sus risas truenos
que afean el cielo como si tuviera diarrea.
Angelillo de Uixó.