Marcos Reyes Fuentes

ENTRE D(I)OS GUERRAS.

Gritarle a tanto oído sordo

con impotencia  que aprisiona el pecho;

ser carne de cañón, ser un pertrecho,

envidiarle tanta grasa  a tanto gordo.

 

Secar la lágrima que deshidrata,

tratar de sonreírle a la patada;

vivir con esta muerte que no mata

que se divierte dando  la estocada.

 

Buscar cobijo a cielo abierto,

abrigarse con la noche y con el miedo,

sufrir  en cada hora el desconcierto,

respirar  polvo de muertos triste y quedo.

 

Aferrarse a la esperanza de que el ciego

pueda mirar al fin  este camino,

aquel que va tatuando a sangre y fuego

en toda nuestra retina  el cruel destino.