Das a luz entre inmensas peñas
torrentes de agua cristalina
que cantando saltan la cima
regando el valle del cual te adueñas
Tu brillantez es un diamante
y algodones tu suavizada espuma
que envuelven en delicada bruma
los destellos de un sol radiante
Incontables veces me miré en tu rostro
en reflejo limpio como de cristal
y con templanza sentimental
siempre en tus fuentes encontré reposo
Ahora mustio cual pobres ánimas
llego cansado y lleno de antaños
para que al recordarme de aquellos años
vea crecer tu cauce con mis lágrimas