EN EL VÉRTICE OPUESTO
En la cumbre más alta,
donde el ego se encoge,
la inmensidad se oye,
en el silencio cómplice.
No se humilla el que oye,
la grandeza que emana,
de la profunda Tierra.
Ni se achican los ecos,
de la mágica calma.
Lisonjeras palabras,
que al infeliz doblegan.
Caricias engañosas,
que destilan ofensas.
Unas lívidas voces,
reclamando su hacienda.
Y la pena acorchada,
prematura y estrecha.
Unos párpados lacios,
cual livianas banderas.
La palabra es la fuente,
donde la idea es el vientre,
que prematuro gesta.
Hijas de la conciencia,
que madurando saben,
de su ideal presencia.
Palabra es la simiente,
de la sutil cosecha.
Unos etéreos frutos,
de nítidas ausencias.
Marmóreos corazones,
esculpidos en piedra.
Al albur sometidos,
por la soez ofrenda.
Embrutecidas formas,
de adornada presencia,
oropeles vistiendo,
la desnuda apariencia.
Coloridas sonrisas,
de intenciones aviesas.
En el vértice opuesto,
de la verdad diáfana,
la mentira se afana,
en conquistar esencias.
Roja fruta por fuera,
con veneno en el alma.
En el centro del canto,
sobreviven los versos,
sorteando los riscos,
sutiles y malévolos.
Un reflejo cautivo,
se debate en silencio.
Entre las recias sombras,
del imperioso tiempo.
Con grilletes de ofensas,
en el pozo profundo.
donde reina el tirano,
a su perverso antojo.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
09/07/2019