Utilizando eufemismos,
soy basura reciclada.
Mierda tergiversada
que, en esencia,
sigue siendo eso:
mierda.
Él,
en cambio,
un gran ser humano;
inteligencia que envidio,
tacto que necesito…
Jesús,
¿es este mi castigo?
Para ser dios,
sos poco creativo.
¿Acaso te has olvidado de tu hijo?
Soy terco.
Para amar,
no necesito amor,
ni mucho menos cariño,
basta con ver sus ojitos
y mis días
se hacen más que benditos.