Presiento que la luna
Presiento que la luna no me quiere,
se esconde cada vez que miro al cielo
y mi alma ya no tiene su consuelo
sabiendo que su amor no me prefiere.
La luz que ella radiaba ya no alumbra,
tampoco hace brillar a las estrellas,
las noches para mí que eran tan bellas,
se quedan sin su luz en la penumbra.
El fuego de mis labios ya se apaga,
son ascuas que se mueren tenuemente
del frío que su corazón propaga.
Yo quiero que se encienda lentamente
como la hermosa luz de la luciérnaga
para vivir con ella eternamente.
José Ares Mateos (Menesteo)