Un poema es tal si trasciende la escritura habitual aportando imágenes, sentimientos, emociones,..., generando a su vez un poema distinto en cada lector o en su interpretación; generalmente, el pretendido verso construido desde la racionalidad, lo manido, - letras de multitudes de canciones populares -, de dichos, refranes, lugares comunes,... se pierden.
El poeta, antes de publicar, - muchos de los grandes así lo han hecho-, somete sus escritos a la crítica de pares consagrados, Miguel Hernández ante Neruda, sólo por dar un ejemplo.
El gusto por la poesía reside habitualmente en la imaginación, en las luces y chispas internas que produce su lectura, la belleza sublime de lo escrito.
Todo lo demás, son intentos fallidos, una pérdida de tiempo para el lector.
En esto hay que ser taxativos, porque es como nadar en el mar sin saber ni siquiera flotar. Difundir cualquier palabra, no sólo es un insulto, sino igualmente una degradación propia del autor.
Sin duda que hay muchísimos que se liberan de sus presiones internas empleando como catarsis la escritura a falta de psiquiatras o grupos como los A.A.; pero hoy la tecnología permitiría formar esos círculos de pares entre pares sin jorobar al resto de los mortales.
Pero la gente desea llamar la atención, obtener notoriedad por un día desde su inestabilidad y hacer cualquier cosa para ello, sin importar cuanto lastima su verborrea insulsa.
En este sentido, un pequeño número desea ser original creando metalenguajes con el abecedario -p.e. hozo por oso-; eso es distintivo de la ignorancia y falta de comprensión de lo que pretende escribir. No adivina que el poema en sí es un nuevo lenguaje, singular, \"irreal\", bello.
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Vaya este mensaje a mis amigos poetas.
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