NI SIQUIERA POR FUERA
Cansado de cansarme,
vivo al margen.
del ruido ensordecedor
de la vorágine.
Los nervios reposando,
cono gráciles ánades.
Empapado de paz,
más febrilmente atravesado
por la injusticia,
que en los márgenes arde.
Cansado de cansarme,
vivo atado,
a la sangre que circula,
por mis venas.
Sangre que fría se calienta,
y ardiendo se modera.
Como Luna y Sol,
se alternan,
para que el dolor se atenúe,
en la sutil duermevela.
No se acalla el rumor,
con más palabras huecas.
No se vence al temor,
de espaldas a la puerta,
ni se diluye el miedo,
dentro de la trinchera.
El audaz se levanta,
pero le falta grasa.
Que no chirríe la audacia,
sin pensarla siquiera.
Vanos los pensamientos,
que traspasan ladinos,
a las mentes despiertas.
Ausentes de la huella,
que latente se queda.
Fútiles los abrazos,
que se quedan a medias.
Y ese beso furtivo,
que de soslayo besa.
Una palabra pasa,
como sin darse cuenta.
Vivo ausente del ruido,
que invade mi cabeza.
Machaconas urgencias,
de ideas peregrinas.
Que pululan sin rumbo,
buscando la autoestima.
Perezosas palabras,
que en los labios se quedan,
cual patéticas gotas,
que resbalan inquietas.
Cansado de mirarme,
al mirar doy la vuelta,
al espejo que mira,
mi corpórea silueta.
Y mi incorpóreo halo,
así se manifiesta,
con la luz que le queda.
Un reflejo en los ojos,
que sin verlo me afecta.
Como un leve susurro,
que en los sueños me altera.
Paralela otra vida,
se levanta y se acuesta,
sin conocer que existo,
ni siquiera por fuera.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
10/07/2019