Como si fuera por intuición,
la luna apareció aquella tarde,
iluminando su faz abatida,
al mirar por su ventana
a la calle vestida en gris invernal
Lentamente miró hacia ella,
Selene, el radiante plenilunio,
tenía cautivada a su mirada ,
hasta que en la lejanía una campana,
sin ánimo, toco la hora de vísperas
Se le cayó el alma a los pies a pensar
que de nuevo no iba a llegar,
de nuevo una promesa no cumplida.
miró con inquietud a la luna,
meditando si sabía su paradero
Leandro hablaba en voz baja,
pidiendo a la luna a darle sus disculpas
por el altercado y su distanciamiento,
alguien tocando la puerta le interuptió
bruscamente su conversación
Lleno de esperanza abrió la puerta
y ví la inquieta Miranda, su novia,
con ojos llenos de alegría le preguntó:
“¿La luna te habló de verdad?”
Aturdida le contestó con una sonrisa
David Thorpe ©®