En las noches claras
miraba el cielo azul
un gorrióncillo
enamorado de la luna
mientras se columpiaba
en la rama, que fue su cuna
pasaba la noche soñando
que la alcanzaba y la besaba
y al venir el alba se dormía,
hermoso cuadro
de una pobre avecilla
y siempre se recogía temprano
para soñar, que tenia
a la luna en sus manos
y piaba y reía
serenata tras serenata
y cantando se dormía,
caballos de bronce cruzaban el cielo
por los campos de la fantasía
las estrellas suspiraban
un corazón tan pequeño
y cuanto amor en el había,
se vestía el alba de mil colores
tocando campanas venía el día
el sol miraba perplejo
mirándose en su espejo
en el arroyo que corría
y se perdía a lo lejos
despertaban las encinas,
y a volar, pequeño gorrióncillo
que hay que buscarse la comida
de las espigas con las que juega el viento
el trigo manso que te convida
y vuela alto, muy alto
buscando a tu prometida,
en el aire se pierde la mirada
y uno piensa, lo bella que es la vida
las cosas sencillas, que tan poco cuestan
y que llenan el corazón de alegría
el amor verdadero, ¿cuanto vale ?
si lo tienen hasta los animales
hay que pararse a pensar...
Pero seguiremos con el cuento
del pequeño gorrióncillo
que ya ha debido crecer
pero sigue enamorado de la luna
y que cada noche con ella se ve
por los bordes de las esquinas
va besando sus reflejos
esto ya es un amor añejo
es pura rutina
con sus alas arropa a su amada
y la luna le corresponde también
poniendo brillo en su mirada,
y se pasa las noches en vela
en el blando colchón de su rama,
la noche se hace cielo
el amor es terciopelo
suspira el alma
y yo me quedo pensando
que al fin y al cabo
la vida se pasa
y quizás un mal día
esté vacía la rama,
con que tristeza mirará la luna
cuando repunte el alba
y ya no se escuchen
las canciones que cantaba
aquel gorrión que se ha dormido
en la cuna de su alma...
En las noches claras
miraba el cielo azul
y ¡ como reía y cantaba !
pasaba las noches soñando
que la besaba y la abrazaba
aquel gorrióncillo enamorado
de la luna, que ahora por el lloraba...
Pequeño cuento
para el que sueña con nada...
ADANS BECMAN. El Poeta de la Esperanza.