Qué difícil es el tenerte que decir adiós,
más aun cuando el adiós es para siempre,
del hilo tenue de mi triste voz sopla un débil son doliente, en tan solo un instante hemos dejado de ser dos
y el llanto amargo
incontenible de mis ojos se desprende,
hoy te has ido viejo amigo
y contigo te has llevado tu lealtad
pero dejas huella en mi camino
y el calor inolvidable que me ha dejado tu amistad,
nunca más podre volver a verte
pues no creo en la eternidad
mas prometo recordarte siempre
y jamás dejar atrás
el recuerdo grato de tu vida breve
y que a mi lado la viviste hasta el final,
adiós querido amigo,
tus ojos tristes has cerrado,
duerme,
y aunque no estés conmigo ya,
en mis sueños podre verte y disfrutar
de tu alegría que indeleblemente
en mi casa permanece y en la cual
has dejado un gran cariño
y un recuerdo grato que le da calor de hogar.