Vestal eterna, no dejes nunca
que la llama ardiente se apague,
si por soñar iluso mi alma vague
entre lugares fríos y de penumbras.
Lo único que anhelo es encontrarla
creando sensaciones y sus universos,
mientras más sueñe mejor los versos
con los que podría tal vez despertarla
Deja pues, noche, abrazarla,
protegerla con mis alas rotas,
de esta lluvia de oscuras gotas
que sangran de tristes almas...
... y que mueren entre los sueños