De tu luz sale una almendra
con sabor a pregunta
que expresa olor a confianza
e indaga en un laberinto de sombras
las cosas de que hablan tus ojos.
No es fortuito el cerrojo
que abre la inquieta templanza
de saber lo que piensan mis manos
ni es azar lo que dejas al tiempo
en la mirada que cierra tus labios.
Se quedan en un vórtice al eco
esas pupilas que saben de sueños
en la luz que de alguna manera
sin saberse repiten en secreto al viento
que eres un niño en un titán de coraza.