En esta adorable noche estrellada,
bajo el son de las olas rumorosas
me cautiva de entre todas las cosas
el aroma de tu piel delicada.
Su fragancia emerge alambicada
por entre los efluvios de las rosas,
que engalanan dulces y primorosas
el ameno zaguán de tu morada.
Despiertas en mí un apetito ardiente
de apresar con mis labios los corales
de esa incitante y linda boca,
pero tú los apartas de mí sonriente
mirando a través de los cristales
con tu inhumano corazón de roca.
Canciones de amor.