Santiago Miranda

Los amantes son espejos

 

Los amores; imagenes flagrantes
De lo disruptivo, omnipresentes fractales
Oblicuos al sentido que resiente
El dolor del acto que arremeten, reflejos partidos

Viéndose a través de otro ojos
Volviéndose a ver, aquello que hubo
En el interior de sus miedos innatos
El trastorno no resuelto de la tríada

Sagrada pirámide, dos padres sobre uno
Retoño, tensión que apunta al deseo
Hacia abajo del cielo, se expresa
Tensando; fantasías y duelos

Placeres de lo vivo, imposible de ver
Al otro en su propia mirada, conformase uno
Con el destello de la carne en la carne
Y la disposición del silencio tuyo
Que oigo atentamente adherido a tu pecho