Nohelia Menjivar

Hijos del asfalto quebrantado

Bajo la sábana, permanezco atenta, quieta.
Frecuento las mismas voces que se postran en la puerta cada noche.
Cuelan el aire las persianas con olor a cannabis.
Voces broncas
lenguajes coloquiales
Indumento holgado
calzado deportivo.

Salen y llegan.
Saludos y gestos nos damos
en un intercambio que no me aterra

Este asfalto quebrantado
que atrapa almas jóvenes,
hermanos míos,
compañeros de tierra.

Mi interior se destroza.
Corren como quien huye de la muerte,
al escuchar las palabras; ¡Los azules!
Sus rostros completamente aterrorizados,
pertenecientes a grupos identificados por números
Muchos a los brazos de Azrael han llegado,
otros tras las rejas van quedando.