Amigo mío, ¿qué haces aquí
en este viejo andén?
¿es que esperas, el paso de otro tren?
¿qué, perdiste a tu amo en esta estación?,
ya es tarde, hace tiempo que salió,
y me miraba curioso
con su mirada vestida de gris
y su collar en la espalda,
¿parece que estás muy solo?
¿es que te han abandonado a tu suerte callejera?
¿andas buscando a tu amo?
debe de tener el corazón de piedra
aquel que deja tirado
a su amigo en la acera,
sin pan ni agua
ni nadie que lo quiera, yo te comprendo amigo mío, qué dura es la espera, seguro que no vuelve
el que te tiró en la estercoléra,
cuántos caminos has andado
con la lengua por fuera,
suelto o encadenado
a tu suerte callejera,
tu corazón palpita cansado en esta vida pasajera,
cómo brillan tus ojos
cuando los míos te contemplan,
por los callejones de los rastrójos
camino de la casa vieja,
se duerme la pena en el almac
cuando el amor no tiene tejas,
¡ven aquí! ¡no tengas miedo!, y repícan mis dedos,
¡te llamaré callejero
porque la calle es tu escuela!,
no tiene nombre
ni es bueno ni hombre
aquel que te echó fuera,
y no lo esperes que no viene,
no merece que lo quieras,
acurrúcate a mi lado
y duerme cuánto quieras,
te voy a llevar a mi casa
y te haré una caseta nueva
y te bañaré con mis besos,
te pondré pan tierno y agua fresca,
¡ya tienes un nuevo amo,
ya tienes el corazón de fiesta!,
y te llenaré de mimos
y dejaré la puerta abierta
por si quieres marchárte
o si conmigo te quedas,
yo siempre seré tu amigo
hasta el día que te mueras,
con qué mirada agradecida
me miras, y mueves el rabo,
ya tienes amo y casa
siempre te tendré a mi lado,
y me huéle con su hocico curioso
me mira, y se sienta esperando,
¡vámonos juntos por el camino,
ese que tu me has enseñado!
¡Ya somos grandes amigos!,
ya no estás abandonado,
tienes casa y abrigo
y un corazón entregado,
se ríe y pasa el viento
quizás un poco emocionado,
sensible ante la escena que tú y yo hemos interpretado...
Esto es, a grandes rasgos
un sencillo poema
a un perro abandonado...
Que espera, con la correa en la boca
en una estación cualquiera...
ADANS BECMAN. El Poeta de la Esperanza.