Mordía tus silencios
en aquellas noches de labios
Bebía tus ojos
cuando nadie te veía amordazado
Comía tus letras
entre frías paredes de barro
Atesoraba tus manos
y tibias, eran también mis manos
Lamía tus carnes, tus esquinas
en aquel natural instante
cuando gozaba un callado: te amo
La Habana, Cuba
13-07-2019
Isis Marilys Alvarez Silva