no eres rosa, tampoco flor,
solo eres espina
que en el corazón se clavo,
y que de su púa destila
hiel y dolor.
no eres paz, ni eres calma,
solo tormenta
que azota al alma,
y que con su ventarrón
arraza la esperanza.
no eres luz, menos destello,
solo oscuridad
que eclipsa lo bello,
y que en su austeridad
no nace el consuelo.
no eres alegria, tampoco risa,
solo eres una lagrima contenida
que quieren llorar los ojos,
y que en su enigma lleva
sueños de un corazón roto.