Un ruiseñor que volaba
se ha posado en mi balcón,
con sus trinos me decía,
muy buenos días señor.
Quiero dejarle un mensaje
de los que libres vivimos,
en esta madre natura
que entre todos compartimos.
Vengo a pedirles respeto
a lo que Dios ha creado,
pues creo que han olvidado
que si lo hacemos un gueto
el mundo se habrá acabado.
Amor a los animales,
al aire que respiramos,
a las plantas que observamos,
a los ríos y a los mares
a todo aquello que amamos.
Se extinguen algunas razas,
se retiran los glaciares,
se explotan los minerales,
y se secan manantiales.
Seamos muy comedidos
respetando el medio ambiente,
es común entre la gente
hacerse sordo de oídos
negándose a lo evidente.
J. Piñeiro