Envuelta en la burbuja de un sueño,
Mi alma al más allá salió volando,
Cantando y suspirando y ansiando
Descubrir el Olimpo de un ensueño.
Fundida en la esencia del destino,
Incapaz de perderse y escapar,
Entre auroras rebusca un camino,
Donde desahogar sus ansias de amar.
Quiere al reluciente sol secuestrar,
Esconderlo en una concha de mar,
Para abrirla allá, en la profundidad,
Al azul oscuro descubrir e iluminar.
De suaves y apacibles ángeles,
Con acentos de cielos y nirvanas
Aprisionó esencias y fragancias,
Con las que tus poemas exhalas.
De todas las flores, los colores
No eran suficientes para pintar,
Miles de estrellas en el firmamento,
Cuyos destellos me vienen a brindar.
Alma de Poeta, alma de niño,
Mira que tú todo lo maquillas,
Engañándome en el sueño de amar,
Y por fin, entregándome tu cariño.
Has pinchado un par de corazones,
Cuyas almas, ciegas, sordas, mudas,
Obtusas, sencillas y radiantes,
Sólo amaron sin ostentaciones.
¡Mas yo, sólo quiero a ti amar...!
Soy aquella alma que salió volando,
Cantando y suspirando, y ansiando
Descubrir el capullo de tu ensoñar.
Busqué aquí, allá, por mar y tierra,
En el cielo, en la noche y en el día,
Hasta que te encontré en un viejo libro,
En cuyas páginas estaban tus poemas.
Mi aliento entre tus rimas se abrigó,
Mi corazón con tu cantar se bautizó,
Y el ensueño que este sueño causó,
Allí, por fin, a mi alma la capturó...