La noche y sus versos más tristes.
Decirte, las estrellas recorren el universo
y forman una ronda de luces solo para ti
La noche canta y susurra al cielo y las luciérnagas
La noche y sus versos más tristes.
Te extraño, te extraño y siento que me extrañas.
Todo el tiempo que estaba contigo,
dibujé tu rostro con mis deseos y manos curiosas
El amor en el verano fue nuestro,
en el invierno te cobijé con mi calor y deseos.
La noche y sus versos más tristes.
El mundo gira sin ti y mi casa es ancha
y solitaria si tu perfume y silueta.
Mis palabras se pierden en el silencio,
la noche devora todo lo que sentí por ti
Me quede sin tus caricias,
me muere por verte siempre,
ella vive sus sueños nuevos sin mí.
En un futuro se perderá entre otros brazos,
yo pretendo morir solo y de tristeza.
Le escribiré versos, plegarias y oraciones,
llenas de mis ecos y pedidos incansables.
El día que la encuentre nuevamente,
pasará por mi lado,
no somos los mismos.
No la percibo, ni me siente.
Como decir que el amor se termina,
si mis palabras se multiplican cada vez que pienso en ella.
Me duele la imagen del beso extraño,
la pasión y el calor ajeno,
no niego que la busco intensamente,
me niego aceptar que la perdí,
lo nuestro no existe más,
ha muerto lejos,
su luz no llega a mi rincón oscuro.
Un recorrido intenso y lleno de lo bello y verdad.
Un suspiro que atraviesa las dimensiones.
Ella vive lejos,
muy lejos de aquí
fuera de mi alcance
casi en otro mundo.
Ya no te quiero. Ya no me quiere más.
Por Walter Trujillo Moreno, Julio 2019
PUEDO escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: \"La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos\".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos
árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis
brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo
Poema de Pablo Neruda