Mi alma rota en dos
enterrado el corazón
por la vida frenética,
la otra mitad encendida
de flores amarillas,
pasan noches y días,
días y noches,
semanas y meses,
hasta ser consciente
la vida imbécil me partió
el alma en dos.
¡Atención,atención!
la mitad era tristeza y fin
la otra principio y luz.
A las dos animé a seguir pegadas
guardándose las espaldas.
Por la vida necia,
sola y lenta
Iba mi alma.
Dejaba la puerta abierta
por si alguien preguntaba
como se me quedó el corazón
después de una lucha tan larga,
perduran los amargos recuerdos, las caricias y las lágrimas,
pero también habrá flores y esperanzas.
Igual es un mal sueño y
mañana amanecen pegadas.
Porque basta el calor de un beso para unir dos almas.