El ahora se ausenta
y puedo acelerar los versos
petrificarlos con un soplo de tus ojos
o reducirlos a vértebras
de los cielos laberínticos
ciego renazco
en la dorada ebriedad
que elige la vida sin porvenir
y deja el enojo de la huella
sobre la raza de arena
leviatán desorbitado
en alguna soberbia luna
de renacidos linajes
y canibalismo quimérico
con el que sueña un Dios
acostumbrado a encarnar las letras arrojadas
y darme una muerte de la que salir indemne
aunque solo hacia el este
el poema sea navegable
pericia inmerecida por alejarme de ti