Tú,
que hiciste tuyas
todas mis decepciones
y mías… mías las esperanzas…
mi pedacito de tiempo, forjadora
de mis ilusiones y de mi desconsuelo,
de mi vida, que se extingue poco a poco.
Pedacito de ternura, divina… ¡mágica existencia!,
fuiste mi delirio, la paz y la guerra…
la paz bendita, también la más cruel de mis tristezas.
Tiempo... ¡cuánto quisiera!...
quisiera recuperarte y contigo a mi amor;
a ese amor divino, ¡fantástico!, la única que dejo
a mi corazón… mi alma, en el más alto firmamento,
aquella que fue la más grande, ilusión de mi ser.
Contigo mi amor,
los días lluviosos eran gotas de rocío en tu piel,
compartir el tiempo, era el más delicioso manjar,
cuando tus labios se posaban en los míos,
yo volaba por el tiempo cruzando
los astros, las constelaciones
relucientes hacían fiesta,
al ver fundida nuestra
piel y nuestras
almas, en
un solo
ser.
Autor:
Eleuterio Domínguez Torres
(Luchito)
Lima-Perú
14/07/2019