En cada mañana que me desperezo, cuando mis brazos te buscan y mis besos para dar.... no te encuentro, como el coyote que aulla en las mañanas, con desespero buscando su manada, me quedo aquí como alma encadenada sin poder encontrarte mi platónica amada.
Como el atardecer que huye al sol para esconderse, te esquivas de mi con tu mirada ardiente, como el sol que brilla en el oriente te vas alejando como alma sin doliente, eres esquiva como el pez en la corriente, como el pescador sin anzuelo regresando triste a su bohío, solo me quedo sin paz y en el olvido.
Como ave en veloz huida, como centauros en feroz estampida, mi pensamiento va tras de ti, como el esclavo a su amo en su partida, sin importar el latigazo que su cuerpo lastima, esa eres tu verdugo de mi vida que hieres pero no mitigas.
Lauro B.