Si es que aún somos luz entre la sombra
de la noche en que nadaron calcetines
sobre los instantes de la almohada
y resuenan carcajadas de cara a la vida
es porque la soledad aún es fiel consejo.
Si es que aún somos de las calles en Granada
la mano cómplice de un tibio chocolate
degustado al paso del cansancio en albedrío
sin más afán que los pies sobre las piedras
es porque la alegría aún es fiel recuerdo.
Si es que aún solea el paisaje al beso de las horas
a ritmo del lenguaje que sabe de tus ojos
al fermento de caricias que abren el secreto
y corean las aguas en ascenso a la dicha
es porque el fuego aún no es fiel ceniza.