Casi demasiado pesado para soportar
el peso de remordimiento
sobre mi conciencia,
las palabras en rabia habladas,
humillantes,
los años de fiel cariño,
entereza y sacrificio,
las disculpas superfluas,
ya que de la lengua
de un cobarde vienen
Nuestro castillo sustentado en la confianza,
un baluarte de solidaridad,
convertido en arena,
y así arrastrado
por una marea vengativa
Nuestras sábanas de fuegos de pasión,
vueltas a cenizas y cual polvo
por la brisa estival
en el olvido soplado
David Thorpe ©®
Cuadro de propio pincel