Dante Lucrecio

JOVEN MUJER

 

 

Mujer, de la naturaleza el ser más precioso,

para el padre, su niña, su todo, sus ojos...

 

Floreces en tu primavera,

despiertas la sensualidad dormida

Incluso en la senectud más aterida.

 

El futuro vemos en ti, reflejado en tus pupilas

seguro contra  el dolor, garantía de la vida

te busco en la multitud

yo quiero formar familia.

 

Que terrible violación

de tu naturaleza profunda

cuando engendrada vida   matas

por hedonismo, mal consejo,

errada convicción, miedo, desprecio.

 

Oh joven, te sientes inmortal,

la muerte está muy lejana,

no ves la disolución final.

 

Tu niña, niño, será tu norte

para vivir plenitud,

recibiendo tus consejos y enseñanzas

formándolo a tu imagen y semejanza

esperanza y futuro en senectud...

 

Ella, él,  da sentido a tu destino

y es el máximo disfrute

en tu vida, en   tu tiempo, en tu camino...

 

Tu niño, niña, es tu inmortalidad real.

 

No te dejes engañar,

 sirenas hedonistas, te llevan a la perdición

el asesinato de un niño,

es la máxima contradicción.

 

En senectud lo entenderás,

ella, él y nada ni nadie más, quedará de tu camino,

ella, él,  es el futuro tu destino.

   

Mirar, gustar, escuchar,

oler, tocar,

dar placer a tu cuerpo a tus sentidos,

acumular objetos, poder, dinero, viajar,

buscar la fama,

sentir, crear, trabajar,

es todo maravilloso.

Entender ello como único objeto vital,

todo ajeno al dar,

es erróneo, desviado, pernicioso.

 

Créeme, estás hecha para dar vida y si matas,

te mueres de verdad.

Si no quieres a tu hijo entrégalo a la sociedad,

tus hermanos sabrán qué hacer para que tenga oportunidad.

 

 Cuando comprendas cabalmente tu futuro inescrutable,

cuando se acerque el final inexorable,

 comprenderás, que de ti solo ella, él quedará

y créeme, te aseguro, la buscarás.

(tal vez te cierre los ojos

y te ayude a dar el paso

al más allá...)

                          

                                                                    Dante Lucrecio