Tarquino Piguave Arreaga

Yo quise a una mujer

Yo quise a una mujer con toda el alma

Ella era mi encanto y mi alegría

Ella era la dueña de mi alma

Y solo en su amor pensaba noche y día.

 

También fue el consuelo de mi vida

Para mí, solo ella existía

Su imagen no se aparta de mi mente

Por eso yo la quiero todavía.

 

Un día me dejó abandonado

El supremo se la llevó a su lado

Y yo quedé llorando eternamente

Tanto dolor y sufrimiento

Me hicieron desgraciado.

 

Ella es la esencia de mi vida  

Ella es mi gran jardín florido

La quiero como a nadie he querido

Su recuerdo en mi mente está prendido.

 

Sus labios me besaban con locura

Temblando de amor a mi oído susurraba

Te amo y te amaré eternamente

A ti, solo mi alma he entregado.