Te he obsequiado mis sueños
Los desvelos fulgentes de mis ansias
Te he brindado mi vida y la sed de toda mi existencia
Y hasta el dulce canto de toda mi verdadero sentir
Te he obsequiado mi sangre
Las alas más puras de mis blancos ensueños
La sed de mi boca y el hambre de mis manos
Los trinos dulces de mis ojos
para soñar deliciosamente contigo
Hay palpitando soles inmensos en nuestros rostros
El amor es un grimorio que canta
y nos llena con la fe insondable de sus himnos
De un nuevo tiempo que sí vale convivir
Mirémonos despacio
que cada vez que te miro... hay jazmines que me brotan
del pecho, como si yo fuera un tibio jardín
El amor... hoy nos abre sus piernas
Y nos ofrece por tan solo querernos
.
el tiempo más puro
de nuestro más profundo existir