Y me llené de ti
hoy leyéndote enaltecida
brillaban mis pupilas
mientras mis neuronas
eran magia iluminada
en tu lema orante.
Que ternura me moviliza
cuando tu voz con lobos
me sumerge en tu mundo
en tu energía heroica
en el vaivén de tus ojos.
Mi tarea es hacer
que vivas en mi éter
nutrirte de caricias
sin manos, ni piel
porque así lo elegiste
y sin embargo
rozagante sigues allí
y yo acunándote.