…No es un regalo la presencia
no es un obsequio que te escriba y que me leas
si lo que tú me das cala el cuerpo y la sangre
y no me extraña tu silencio
no me persigue el pensamiento dividido
ni tus ojos de ternura cuando me extrañas
luego tu semblante es el de quien sabe
-que las cosas simplemente son categóricas en el presente-
en excesiva fugacidad
pero eso qué importa
si contigo invocamos a los dioses
apostando en quién pueda y no probar su existencia
por eso me detengo en tu mirada
porque mucho de mi te pertenece…