Las luces de la ciudad
se encienden a las 21:45
lo he visto
pero entonces
he descubierto que
soy dueño de un reloj
pero esclavo del tiempo
que limita mis acciones
intentando ordenar el caos
que conduce mis pasos
Minúscula
como lágrima de colibrí
la duda origina
la inmensa
bola
de
nieve
que agota tu esperanza
que confisca las razones
de cuanto ganas
y te convierte
en muñeco
de espurias palabras
que conforman tu realidad
líquida
inconsistente
tan falsa y tan cierta
como ese gato
que aun no sabe
si está muerto
o está vivo
(Aunque siempre he pensado
que ha escapado de la caja,
Harto de tanta historia)
Ahora las luces se encienden pronto
pero se que cuando llegue
el invierno
desearé que alumbren
mis pasos
ebrios de una soledad
Concertada
camino de casa ajena
Camino de algún hogar
Dónde quizá me esperan