Esta tarde una suave llovizna bañaba mi jardín y te recordé,
Volví a vivir aquel día que llegaste como golondrina a mi nido,
Con tus alitas mojadas y lastimadas, algo sangrada tus primaveras,
Buscabas cobijo en mis tardíos otoños por oscurecer.
Nunca hablamos de amor, sin embargo cada acto lo era,
No decíamos palabras, pero describíamos los sentimientos,
Solo dije lo mucho que me hacías falta y lo bien que me hacía sentir,
Pero que reconfortante era ver tu figura menuda por mi casa.
Recuerdo tu curiosidad por todos mis recuerdos,
Te lleve de pases por mis nostalgias, mis amores y aquellos tiempos,
Siempre tuviste la palabra exacta para ponerle un nombre al recuerdo,
Me traías de vuelta a la vida. Me despertabas del olvido.
Puse todo mi esmero en remendar tus alas e inferí tu vuelo,
Por dentro me dolía de forma callada que recuperaras tu vuelo,
También me gustaba, ver en tus pupilas la búsqueda de otras playas,
Un día volarías y quien soy yo para retenerte y además ¿para qué?
Llenaste de recuerdos todo el abecedario, las horas y algunos poemas,
La noche antes de tu partida, yo no pude dormir. Sin que tú lo dijeras
Sabía que por la mañana emprenderías el vuelo a no sé qué destino,
Que ganas de detenerte, de aprisionarte…pero que felicidad verte libre.
Ahora, te recuerdo, con tu suave caminar de ave herida, de risa oculta
Corazón destrozado y sueños aun sin vivir en la noche oscura
Hoy que la lluvia me trajo tu presencia, recuerdo tu olor de primavera
Que le dio un nuevo sabor a mi vida e hizo de una despedida una esperanza y de tu recuerdo la sonrisa de este día.
LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO